Es muy importante salvar un matrimonio en crisis. Pero, qué matrimonio en alguna etapa de su vida no entra en crisis. Para salvar un matrimonio pueden existir muchas formas, pero nosotros debemos tener presente que la primera, única y válida salvación es la que proviene de Jesús. Salvación claramente abierta a la trascendencia del hombre, como dice San Pablo, el amor es lo que perdura, lo que se proyecta a la eternidad.
En Hogares Nuevos trabajamos para que los matrimonios se salven. Esto lo hacemos fundamentalmente presentando al tercer miembro, que es Jesús de Nazaret. Trabajamos en la evangelización para que los matrimonios sean felices. Los hijos merecen familias felices, necesitan un mundo mejor.
En un momento de dificultad no hay que despegarse, aunque los sentimientos no acompañen, por causa alguna, de la mano de Dios.
Las crisis matrimoniales nunca se resuelven esperando que el otro dé el primer paso, sino, a la luz de Cristo, el primero en amar debe ser uno.
Salvar un matrimonio, es elevar la calidad de vida de los esposos y de los hijos, a quienes se trajo a este mundo e insertó en una familia, no para que muerdan el polvo de la amargura sino para que crezcan sanos en el gozo de la felicidad familiar.
Las crisis maduramente superadas siempre dejan ganancia.
Fuente: El misterio del amor matrimonial, Padre Ricardo E. Facci