“Traten de conservar la unidad de Espíritu, mediante el vínculo de la paz” (Ef. 4,3)
Los cristianos estamos llamados a vivir nuestra fe en comunidad. Es imposible vivir la fe aislada. Hay que construir una hermosa comunidad. Para ello, es fundamental que la comunidad dé oportunidad de realizar la experiencia de unidad y armonía entre unos y otros.
San Pablo nos invita a buscar lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación. (Rom. 14,19).
En la comunidad se comparte el mismo Cristo, la fe, la salvación, la esperanza, el amor, el carisma, el amor a la familia, la espiritualidad, la acción misionera. Se comparten muchas horas de vida, algunos aspectos de la interioridad e intimidad de los miembros, la preocupación por cada familia.
De hecho, Dios hizo a cada uno diferente, por eso es importante tener en cuenta que Él quiere la unidad y no la uniformidad. La división surge cuando se enfoca la diferencia, en cambio la unidad se logra cuando se concentra en el amor y en cumplir la voluntad de Dios.
Fuente: extracto de libro: La belleza de ser comunidad, de Padre Ricardo E. Facci, fundador de Hogares Nuevos – Obra de Cristo.