Todo ámbito comunitario genera un sentimiento de pertenencia, un lugar donde cada uno encuentra su identidad, su terreno, su casa. Por supuesto, la primera comunidad a la que se pertenece es la familia.
En todo ser humano existe un deseo ardiente de comunión y pertenencia. Se desea la vivencia comunitaria, el amor, pero, a la vez, existe cierto temor a la dependencia y al compromiso que conlleva. Se vive en un mundo extremadamente individualista que ha destruido todo anhelo de pertenencia a una comunidad.
Es importante que se genere un fuerte sentimiento de pertenencia en las comunidades de Hogares Nuevos. Porque solamente quienes experimentan ese «ser parte de», jamás claudicaran.
Quienes dejan la comunidad es porque jamás han tenido sentido de pertenencia. Quienes sí tienen este sentimiento, se integran y cuidan a la comunidad como algo propio.
Quiera Dios que nuestras comunidad Hogares Nuevos se construyan con matrimonios, hijos, consagradas y sacerdotes, con profundo sentido de pertenencia que los lleve a expresar «mi comunidad», «mi pueblo», «mi gente», «mi familia» .
Fuente: La belleza de ser comunidad «, Padre Ricardo E. Facci